¿Quíen se beneficia con la Operación?

¿Quíen se beneficia con la Operación?

domingo, 7 de noviembre de 2010

Vertidos contaminantes en Carabanchel

Desde hace unos días, quienes circulan, bien sea en coche o a pie, por la Avenida de los Poblados, a la altura de la entrada al solar de la cárcel de Carabanchel, notan un fuerte y desagradable olor. Por supuesto que quienes están encarcelados en el C.I.E. o quienes allí –o en la comisaría- prestan servicio lo sufren con mayor intensidad. No se ve a simple vista la causa de esa pestilencia. Hay que asomarse tras el indecente escombro de la antigua puerta de acceso a la prisión para darse cuenta de lo que está ocurriendo.



Una obstrucción en el sistema de alcantarillado de las instalaciones del CIE/Comisaría ha obligado a extraer centenares de litros de aguas fecales retenidas en los desagües. Esta avería, en cualquier otro lugar, habría sido solucionado de forma “civilizada”, es decir, se habrían desplazado al lugar algún (o algunos) camiónes-cuba y se habría recogido en su interior la masa de detritus extraído para su tratamiento en alguna planta especializada.

Pero estamos en Carabanchel.


Aquí no importan nada las condiciones sanitarias o ambientales de los funcionarios de policía que allí trabajan. Mucho menos las de los vecinos y no digamos las de los ingresados en el C.I.E. Aquí se han bombeado esos cientos de litros y, mediante una tubería azul de plástico, se han dispersado por el solar. Sin duda, la intención era que la vegetación silvestre que ha crecido los últimos meses sirviera para ocultar el resultado del vertido y que éste fuera finalmente absorbido por la arena, y aquí no ha pasado nada.


Pero no hay que ser muy avispados para entender que los ladrillos que componían gran parte de las estructuras del antiguo penal (entre ellas el Pabellón de Entrada) y que fueron reducidos a polvo en la vergonzosa demolición están formados por arcilla… y la arcilla forma capas impermeables. Así, repartidos y semiocultos por los matorrales, se pueden observar y oler numerosos charcos de (literalmente) mierda que no se han filtrado al subsuelo.
Se han cumplido ya doce años desde el cierre de la prisión; dos años de su derribo. La desidia que siguió a su cierre y que provocó su desmantelamiento –que no su ruina-, la soberbia con que se llevó a cabo su demolición, y la burla a los vecinos por el abandono en que se encuentra el solar, continúan con este nuevo episodio de desprecio a la ciudadanía.
La próxima vez que algún político se acerque a Carabanchel para “hacerse la foto”, ya sabe cual es el lugar idóneo…


No hay comentarios: