Algún día se escribirá la historia completa de la cárcel de Carabanchel. Los 72 años de su existencia como lugar de represión, continuados hoy día, y sin previsión de final próximo, con la pervivencia del vergonzoso centro de reclusión de inmigrantes, podrían rellenar, sin duda, varios tomos bibliográficos.
Entre las entradas de ese ingente trabajo documental, esperemos que se recojan también las intervenciones de aquellas personas que, sin haber estado físicamente relacionadas con la penitenciaría, sí han determinado su evolución y, sobre todo, su futuro. Esos personajes que, sin siquiera haberse acercado a la realidad de la prisión y de los barrios próximos, han contribuido a la lamentable situación actual y al negativo futuro que –si no lo impedimos- tienen reservado para este espacio.
Entre las entradas de ese ingente trabajo documental, esperemos que se recojan también las intervenciones de aquellas personas que, sin haber estado físicamente relacionadas con la penitenciaría, sí han determinado su evolución y, sobre todo, su futuro. Esos personajes que, sin siquiera haberse acercado a la realidad de la prisión y de los barrios próximos, han contribuido a la lamentable situación actual y al negativo futuro que –si no lo impedimos- tienen reservado para este espacio.
De ser así, uno de los personajes más siniestros que figurarán en esa galería será sin duda Miguel Sebastián, ex ministro del Gobierno anterior y candidato en 2007 a la alcadía de Madrid. Su promesa de entonces, todavía “colgada” en Internet (construir «un hospital de referencia, escuelas infantiles, equipamientos sociales, etc») junto con el Centro Internacional de la Paz constituiría un GUGGENHEIM madrileño, que, como él mismo afirmaba, colocaría a Carabanchel y Latina en el mapa internacional.
cuando Carabanchel iba a ser el Guggenheim madrileño
Como todos sabéis, fue derrotado contundentemente en las elecciones municipales de ese año, pero no desapareció de la esfera política. Al siguiente año, 2008, con la renovada victoria del PSOE en las elecciones generales fue nombrado Ministro de Industria, Turismo y Comercio.
Ese mismo año, ante la inminente destrucción total de la prisión, los colectivos que suplicaban el mantenimiento de una mínima porción del complejo para la memoria histórica del lugar, se dirigieron –dado su permanencia como alto responsable del gobierno- para que intercediera ante los cargos del Ministerio del Interior en ese sentido, recordándole además su promesa electoral.
Todavía se está esperando su respuesta.
Pues bien, ahora hemos sabido que, posiblemente continuando su afán por situar el suroeste madrileño en el mapa internacional, fue, a finales del año pasado y cuando agotaba su tiempo como ministro, el protagonista de los primeros contactos institucionales con el consorcio Las Vegas Sands, que –como todos sabéis- tiene prevista la construcción de un macrocomplejo del juego en nuestro país. Según el vicealcalde de Madrid, Miguel Sebastián, «cuidó, mimó y atendió con todos los desvelos» el proyecto Eurovegas.
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Esta polémica iniciativa, regada con una buena dosis de exigencias de cambios legislativos, sociales y laborales, exenciones fiscales y obligaciones de construir todo tipo de infraestructuras a medida, terminará siendo una realidad en el vecino municipio de Alcorcón.
Parece claro que aquella promesa de situar esta zona en el mapa del mundo mediante equipamientos sanitarios, educativos, culturales y memoriales ha sido olvidada; no hay más que ver actualmente el degradado vacío del solar de Carabanchel. Ahora, según parece, es mejor que el suroeste madrileño esté “colocado en el mapa del mundo” gracias al pelotazo inmobiliario, el juego, el alcohol, el tabaco, la evasión fiscal, el infierno laboral y la prostitución.
Señor Sebastián: Muchas gracias por ponernos en el mapa de ¿QUÉ MUNDO?
