No ha pasado ni un mes desde la publicación de nuestro anterior post en el que criticábamos la actitud y la aptitud del concejal presidente del Distrito de Carabanchel, Carlos Izquierdo.
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Ahora hemos conocido la noticia de que este personaje abandona el cargo municipal para pasar a la Viceconsejería de Inmigración y Cooperación Internacional de la Comunidad de Madrid.
Por supuesto que no nos consideramos culpables de su ascenso al nuevo cargo. No entendemos que se pueda hablar de promoción abandonar la gestión de uno de los distritos más poblados de Madrid para gestionar una oficina de tan poco calado que no llega a ser ni consejería en el gobierno autonómico. Pero desde luego, lo que no entendemos es que, pocos días antes de dejar Carabanchel, se descolgara con la más que discutible opinión sobre el futuro hospital de la cárcel que criticamos hace unos días. ¿Para qué meterse en ese charco?
En cualquier caso, se va una persona que prefería tener en su distrito la mayor superficie de usos funerarios de toda la ciudad, o varios reformatorios juveniles, o que a diario decenas de aviones y helicópteros sobrevuelen los domicilios de miles de vecinos, o (y esto ya raya la paraonia) un controvertido centro de reclusión de inmigrantes antes que un posible espacio museístico dedicado a la memoria reciente de este país y especialmente a la historia (porque la Historia está ahí) de una instalación que durante muchísimos años hizo lamentablemente famosos a nuestros barrios.
Que nos les pase nada a quienes van a sufrir sus decisiones a partir de ahora.
