¿Quíen se beneficia con la Operación?

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lunes, 12 de diciembre de 2011

Trece millones de euros...


En nuestra anterior entrada, criticábamos el despilfarro que supone, en la situación económica actual, la rehabilitación de la fachada de la sede de Instituciones Penitenciarias en la calle de Alcalá de Madrid.

Pues bien, el coste de ese lavado de fachada no es nada comparado con el gasto propuesto para la reparación del Templo grandioso de nuestros muertos en el que, por los siglos se rogará a los que cayeron en el camino de Dios y de la Patria (1). Nos referimos, claro está, al Valle de los Caídos.



Hace unos días se ha publicado el contenido del informe elaborado por la comisión de expertos designada por el Ministerio de la Presidencia con recomendaciones sobre el futuro de ese lugar.

La actuación más urgente que proponen desde esa comisión es destinar una importante cantidad de dinero público a intentar atajar el deterioro del conjunto. La suma estimada necesaria para tal fin es de TRECE MILLONES DE EUROS. Con este gasto se pretende volver las edificaciones a unas correctas condiciones y prolongar su vida útil, así como para la restauración de los grupos escultóricos (2).

Esta propuesta está en consonancia con el espíritu que subyace en todo el informe: Conservar intactos absolutamente todos los elementos del recinto, incluida la permanencia y celebraciones de la comunidad religiosa católica.

Según los expertos, todo debe permanecer como fue concebido en el momento de su construcción. Ratifican que lo que se debe hacer es «EXPLICAR Y NO DESTRUIR». La justificación es que esta construcción almacena sufrimiento y sangre. Por eso y aunque sólo fuera por eso, es máximamente respetable y debe mantenerse (3).

Lo más vergonzoso es que, como no podía ser menos, este informe es abrazado con entusiasmo por el actual Ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, promotor de la creación de la comisión.

Bien haría este ministro en pasarse –ahora que pronto va a dejar el cargo- por el desolado matorral de Carabanchel. Sería conveniente que, mientras contemple el solar abandonado y vacío, leyera la carta que, desde su departamento, enviaron a los colectivos que defendíamos la conservación de la cúpula de la cárcel. Quizás así entendería el significado de la expresión doble rasero.

Claro que lo más probable es que él, coincidiendo así con las actuaciones de su partido, considere que Carabanchel NO almacenaba sufrimiento y sangre y, por tanto, no era respetable y podría -como así hicieron- ser arrasado.


(1): Decreto de 1 de abril de 1940 disponiendo la construcción de Cuelgamuros.
(2): Informe de la comisión de expertos - capítulo 4.
(3): Informe de la comisión de expertos - capítulo 9.

PD: Nuestra propósito es conseguir que los terrenos de Carabanchel alberguen únicamente equipamientos sociales; entre esos equipamientos deberá estar un espacio simbólico adecuado para mostrar, explicar y mantener viva la memoria histórica.

Por ello, nos reservamos, con la lengua rota, nuestra opinión particular sobre el resto del informe.