¿Quíen se beneficia con la Operación?

¿Quíen se beneficia con la Operación?

jueves, 25 de marzo de 2010

Por un Hospital adecuado y público (pero que quede claro)



Se cumple ahora un año y cinco meses desde que comenzaron las obras de demolición de la cárcel de Carabanchel. En la noche del 25 de octubre de 2008 se ejecutó la orden urgente de dañar irreparablemente la cúpula central de la prisión, elemento arquitectónico destacado y cuya conservación era solicitada por muchos colectivos y personas.

Justamente un día antes se hizo público un comunicado de algunas asociaciones de vecinos, mayoritarias según se autodefinieron, en las que criticaban duramente la posición conservacionista de los colectivos que pedían que se mantuviera en pie la cúpula como elemento de recuerdo de lo que fue la cárcel de Carabanchel. Se acusaba a esos colectivos de manipulación y se solicitaba que se “pusiera ya en marcha el acuerdo al que llegaron las tres Administraciones” dando por bueno ese proyecto.

No hubo tiempo para responder a esas acusaciones. Solo unas horas más tarde se zanjó la discrepancia de la forma autoritaria que todos sabemos. ¿Por qué se publicó esa nota si la actuación de quienes pretendíamos el mantenimiento del edificio central no retrasó ni un solo segundo la demolición de la cárcel?

Es más, entrando a analizar su contenido, está más que claro que la afirmación de que la solicitud de mantener intacta la cúpula impedía la construcción del hospital o podría retrasar el inicio de las obras queda ampliamente rebatida por el hecho manifiesto de que ese edificio únicamente ocupaba un 0,7 por ciento de la superficie total de la parcela.

El tiempo ha venido a poner las cosas (y a las asociaciones) en su sitio. Como decíamos, ahora se cumple un año y casi medio desde el comienzo de las obras y un año exactamente desde que en el solar la única actividad que se produce es el crecimiento de los matorrales. Sorprendentemente, en todo este tiempo, nada se ha sabido de esas asociaciones denunciantes respecto del retraso en el comienzo de las obras, hecho este que, además, no se vislumbra como inmediato ni siquiera próximo. Ningún comunicado, ningún acto en el que se proteste por este año de inactividad. Nada.

Hasta hoy.

Curiosamente, han sido las asociaciones vecinales que formaban parte del movimiento conservacionista, sí, las que fueron acusadas de entorpecer y retrasar el proyecto las que han tomado la iniciativa. Se anuncia el comienzo de una campaña para exigir la construcción del hospital y que –además- ese hospital sea adecuado a la población que asistirá. Igualmente, se demanda que la gestión del mismo sea pública.

En los próximos meses se nos convocará (y debemos acudir) a diferentes actos encaminados a conseguir un hospital público y con capacidad suficiente para atender a los distritos de Carabanchel y Latina. A esta campaña se han sumado alguna de las asociaciones “mayoritarias”. Es reconfortante ver como se vuelve a la unidad de acción en un tema tan importante para estos distritos como es la construcción del más que necesario hospital.

Ahora bien, quizá sería conveniente que quedase meridianamente claro y por escrito qué es lo que se pide y hasta donde estamos dispuestos a llegar. No vaya a ser que, con tal de salir en la foto alguien se descuelgue un buen día diciendo que “lo importante es construir el hospital lo antes posible”, aunque este sea insuficiente y privado.

sábado, 6 de marzo de 2010

Las obras se desarrollan con normalidad

Pasaban unos minutos de las ocho de la noche del 25 de octubre de 2008. Los servicios de urgencias de Madrid comienzan a recibir numerosas llamadas de vecinos asustados. Algo grave parece haber sucedido en el recinto de la cárcel de Carabanchel. A pesar de que ese día era sábado y que ya hacía un buen rato que era noche cerrada, las dos enormes máquinas encargadas de demoler urgentemente la cúpula de Carabanchel se encontraban trabajando simultáneamente en el derribo de dos pilares.

Súbitamente ambos pilares colapsan arrastrando en su caída las dovelas que los unían al siguiente par de pilares y la parte del casquete de la cúpula que soportaban. El estruendo es enorme. Los vecinos que han escuchado el estrépito, creyendo que ha se ha producido una tragedia, llaman a Emergencias. Por fortuna, el desplome no atrapó a ningún trabajador ni afectó a las máquinas demoledoras.

Lee la información completa en http://www.salvemoscarabanchel.blogspot.com/